El que no se haya tenido alternancia política en el Distrito Federal nos ahorra la insufrible retórica del “cambio”, pero no nos protege de los riesgos inherentes al relevo gubernamental. Si bien una mala situación siempre puede empeorar y una buena mejorar, un inicio razonable podría mantener las medidas que funcionaron. Si en el combate a la pobreza tan importante es paliar sus efectos y combatir sus causas como impedir que el número de pobres aumente, en las políticas ecológicas es importante mantener las situaciones en las que el impacto ambiental se mantiene en límites razonables.El reto es, en este sentido, contener el avance de la frontera urbana, así comola proliferación de empresas operando sin licencias ambientales, sin planes de manejo para sus residuos y sin prácticas amigables con el entorno: evitar que los comportamientos que son ambientalmente aceptables crucen la frontera para convertirse en inaceptables. Algunos de esos problemas reclaman atención inmediata. A pesar de haber disminuido en intensidad, la expansión urbana en el suelo de conservación continúa y con ello la multiplicación de los costos ambientales y presupuestales: ampliar las coberturas de servicios como el agua, el alcantarillado, la iluminación y electricidad, la recolección de residuos, la seguridad pública, pero también la red de transporte urbano y de infraestructura vial, supone fuentes financieras inagotables. Las ciudades compactas tienen desde luego muchos problemas pero en el escenario de una ciudad cuya superficie han renunciado a medir los especialistas, parece prudente recuperar, si no la forma, sí el objetivo de contener la expansión urbana que el gobierno local se planteó en 2000.En materia de transporte público, los esfuerzos del gobierno no han tenido un efecto significativo en la movilidad. El 20% de la población sigue utilizando vehículos particulares y ocupando prácticamente toda la infraestructura vial. Poco impacto ha tenido la costosa modernización del transporte público en hacer que los ciudadanos dejen su auto en casa. La política de transporte todavía está lejos de generar una verdadera revolución en las modalidades de movilidad. En suma, la revisión y el fortalecimiento de temas previstos por el Plan Verde y el Plan de Acción Climática podrían ser piezas de una agenda ambiental que se ahorre costos de aprendizaje. Ciertamente, siempre es menos seductor cuidar lo que se tiene que adquirir algo nuevo, pero reafirmar el terreno ganado suele constituirse, en el mediano plazo, en algo más rentable en términos políticos y ambientales.
Reciclar planes ambientales

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